¿Por qué y cómo celebrar a José Carlos Mariátegui La Chira?

Por Grajo Camaso

11 de abril, 2010. Este año diversas instituciones organizan actividades en torno al 80 aniversario del fallecimiento físico del amauta José Carlos Mariátegui La Chira las cuales se confunden con las clásicas romerías que cierto sector de la izquierda -ya tradicional- realiza. Es pertinente preguntarnos si esta es la mejor ocasión y son las mejores formas de celebrar a Mariátegui o si erróneamente podríamos estar contribuyendo a institucionalizar su muerte como si fuera un ícono más de la cultura nacional. Por otro lado: ¿Qué debemos celebrar? ¿La muerte o el nacimiento de Mariátegui?

Mariátegui nació un 14 de junio de 1894 y falleció el 19 de abril de 1930. Su vida fue la de un hombre ejemplar, nacido de las entrañas del pueblo, que supo superar la pobreza y la adversidad para brindarnos una hermosa lección de superación y realización personal, de compromiso y lucha eficaz por un ideal colectivo, humanista y superior.

Mariátegui, de formación autodidacta,  no solo fue extraordinario en el desarrollar al máximo sus capacidades intelectuales sino que además fue un activísimo militante pensante y operante del socialismo marxista, y a través de su vida y obra dezbrozó el camino para la lucha por la emancipación  de las clases trabajadoras en el Perú.

No solo contribuyó de manera genial al diagnóstico e interpretación de la compleja realidad peruana sino que también aportó de manera decisiva a delinear el camino práctico de la Revolución Peruana y contribuyó de manera personal y activa -a pesar de su discapacidad física- a forjar sus herramientas históricas fundamentales: el Partido Socialista y el Frente Único del pueblo.

La defensa del socialismo marxista, el estudio y definición de los problemas nacionales desde puntos de vista doctrinarios y científicos,  la estrategia política para unir al pueblo y desarrollar la lucha de clases y su militancia de vida orgánica son lecciones históricas de gran valor y realismo, cuya vigencia no han caducado.

El pueblo peruano -y también de otros países con realidades similares- tienen en el proceso político, social y cultural promovido por José Carlos Mariátegui La Chira  un aporte esencial, una contribución fundamental para el proceso político actual.

Si bien la realidad no es exactamente la misma los problemas sustanciales subsisten, y en este sentido la propuesta política de Mariátegui no ha cesado de ser vigente. Por el contrario, cobra cada vez mayor actualidad en la medida que presenciamos nuevos episodios de la crisis del sistema capitalismo, de la crisis de la democracia y de los partidos políticos, fenómenos recurrentes ante los cuales insurgió desde muy joven José Carlos «nauseado de política criolla».

¿Qué celebrar? ¿La muerte o el nacimiento?

Expuesto lo anterior, los socialistas peruanos siempre han celebrado dos fechas principales asociadas al Amauta: El 14 de junio, día de su natalicio, y el 7 de octubre, fecha de la fundación del Partido Socialista Peruano.

Y es que para los socialistas peruanos Mariátegui no ha muerto. Su pensamiento, su camino, su herencia, su vida y su obra, gozan de muy buena salud.

Quién se da el trabajo de estudiar en serio sus numerosos escritos comprobará que su enfoque socialista penetra la raíz de los diversos problemas peruanos esclareciéndolos y mostrando una forma realista y profunda de enfrentarlos.

La parte teórica y doctrinal de los Principios Programáticos del Partido Socialista no han perdido vigencia, y a pesar de haber sido escritos hace muchas décadas, no deja de acertar al describir al Perú, por ejemplo, como un país semi-colonial que en el orden mundial cumple la función de un abastecedor de materias primas.

La obra de Mariátegui es tan poderosa e influyente que la cultura oficial no puede de ningún modo soslayarla. No está mal que instituciones oficiales como el Instituto Nacional de Cultura (INC), el Ministerio de Educación o quizás el propio Congreso de la República aprovechen la ocasión para difundir y efectuar reconocimientos a la obra de Mariátegui.

Pero debemos cuidar de que no se la fosilice culturalmente o se la castre políticamente. Debemos recordar en todo momento y ocasión que Mariátegui tiene un mensaje de vida para los peruanos, que está plenamente vigente y que debemos celebrarlo rescatando lo esencial de su propuesta política.

Y la mejor forma de celebrar a Mariátegui es seguir su ejemplo, actuando con la pasión, la disciplina, la integridad y el realismo con el que él enfrentó la realidad. Poniendo en práctica, por ejemplo, los cinco deberes históricos comunes señalados en su Mensaje al Segundo Congreso Obrero.

Asimismo, contribuyendo a analizar y definir los nuevos problemas peruanos desde un punto de vista socialista, a forjar la unidad de clase de los trabajadores del campo, la ciudad y la amazonía, promoviendo la conciencia, la organización y la movilización del pueblo expoliado por el gran capital transnacional asociado a un Estado opresor a su servicio, que actúa de espaldas a los intereses y a la necesidad de desarrollo de la propia nación peruana.