Acerca del verbo «joder» y los senderistas friegan de nuevo

Por Javier Artese

Mi artículo: «Que no jodan los senderistas» ha provocado tremendas reacciones en los senderistas, los pro-senderistas, los filo-senderistas e incluso entre los que doctrinariamente supuestamente deslindan con el «gonzalismo ultraizquierdista». Preocupa los golpes de pecho por una palabreja de uso común y popular, y que ésta haya llamado más atención que los argumentos que se exponen sobre por qué los senderistas no deben «joder» o -si se prefiere- malograr, entorpecer, arruinar, echar a perder (escójase el vocablo al mejor gusto y sensibilidad) el proceso de reunificación de los socialistas peruanos.

Las reacciones van desde los que consideran la palabra ofensiva, desproporcionada, intolerable, etc. Otros, por usar esa palabra, han calificado al autor de rabioso, intolerante, vulgar, etc. etc.

Por lo visto, se ha olvidado muy rápido la forma cómo trataba Sendero a quienes discrepaba. Muchas autoridades comunales y locales -incluso de izquierda o democráticas- que no aceptaron su imposición política fueron asesinadas en juicios sumarios de «justicia popular» y activistas políticos de otras agrupaciones han recibido denigrantes calificativos de «cretinos», «ratas», «cucarachas», «peste» etc. Incluso actualmente en las filas de Sendero, mientras unos adoran a la camarada Miriam otros la llaman «rata Miriam» (ver: http://www.solrojo.org/mpp_doc/mpp_20091203.htm.)

La palabra Joder

La palabra «joder» es de uso común, popular, su uso está tan extendido que está incorporada en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) con varias acepciones.

La primera acepción de Joder: «praticar el coito» es obviamente inadecuada pues el senderismo es un fenómeno ideológico-político, no genético, y nadie en su sano juicio pretende deslindar con Sendero Luminoso evitando la procreación entre sus militantes¨; además que sería algo impracticable. Esta acepción es de uso común en otros países pero no en el Perú.

En nuestro país y en otros de América Latina se emplean normalmente las otras acepciones de la palabra Joder y que son:  «molestar», «fastidiar», «destrozar», «arruinar», «echar a perder». La palabra «Joder», como «carajo» o «cojudo» son palabras de gran riqueza en el habla del pueblo porque pueden expresar una amplia gama de matices según los énfasis en el discurso. Pueden expresar, por ejemplo, asombro, enojo, frustración o simplemente énfasis expresivo.

Cuando escribimos: «Que no jodan los senderistas» lo hicimos con pleno conocimiento de causa y para enfatizar algo que ya preveíamos y que precisamente viene ocurriendo. Que los senderistas se auto-inviten a la celebración, y quieran conchudamente poner sus condiciones para una fiesta a la que no han sido invitados.

Y esta gran celebración es el proceso de reunificación de los socialistas peruanos que tienen la convicción de que la piedra angular, la base de unidad es José Carlos Mariátegui La Chira.

Eduardo Ibarra ha tomado la iniciativa de alentar este proceso y ha colocado sobre la mesa un libro que zanja ideológica, teórica, política y orgánicamente con la propuesta política del filósofo Abimael Guzmán Reinoso, que como el mismo confiesa en su libro «De Puño y Letra» tuvo dificultades para ingresar al Partido y tuvo que luchar para conseguir la militancia porque «una tendencia obrerista» se oponía «al ingreso de pequeños burgueses y, más aún, intelectuales al Partido» (p. 23).

El libro de Ibarra es una contribución útil y esclarecedora para quién se da el  trabajo de leerlo y que permite separar «la paja del grano» (espero que tampoco le vean una connotación impropia a esta frase con larga vida en la literatura castellana y que además es una expresión usada por Mariátegui).

La Paja: Sendero Luminoso o el «gonzalismo ultraizquierdista» fue una revisión, una desviación, un trastocamiento del socialismo marxista y de su expresión nacional: el Camino de Mariátegui. Los que han seguido y siguen la propuesta gonzalista han derivado en «oportunistas de izquierda» y politicamente son otra cosa distinta, y no tienen nada que ver con el proceso de reunificación de los socialistas peruanos.

Allá los que siguen al «Presidente Gonzalo», y lo consideran el «más grande marxista viviente sobre la tierra», la «garantía de triunfo» o la «cuarta espada de la revolución mundial». Sigan luchando por el acuerdo de paz, por la reconciliación (?), por mejores condiciones carcelarias. Si ese es la opción política que han escogida pues vayan, síganla libremente, rearticulen su organización, coordinen mejor sus discursos, pónganse de acuerdo entre ustedes mismo sobre lo que quieren y sobre todo usen medios propios de expresión y no se monten o infiltren en otros medios que discrepan abiertamente de ustedes.

El Grano: Los socialistas peruanos, marxistas, leninistas, que valoramos la contribución de la revolución china y el pensamiento de su líder Mao Tse Tung , que estamos convencidos que el Pensamiento y el Camino de Mariátegui son la quintaesencia del camino de la revolución peruana tenemos otro camino u «otro sendero», muy distinto, muy ajeno, muy distante al Sendero Luminoso del filósofo Abimael Guzmán.

El Camino de Mariátegui es la propuesta política que esperan las masas trabajadoras de costa, andes y amazonia que hace tiempo están a la espera de una organización con sentido realista de la historia y de las potencialidades del Perú, capaz de unir y luchar con principios, con propuestas solventes que respondan a la necesidad y a los tiempos.

Por eso la presentación del libro: «El Pez fuera del Agua» y el debate constructivo que desea provocar es principalente para los seguidores de Mariátegui, y no para los seguidores de Guzmán.

Algunas diferencias

Los seguidores de Mariátegui desean un Camino creativo no un dogmatismo sectario; necesitan una Base de Unidad no un recetario de consignas;  necesitan formar una militancia pensante y operante no una militancia puramente operativa; necesitan forjar la unidad del pueblo a través del frente único no imponer un hegemonismo mediante organizaciones de fachada; necesitan renovar y luchar por un programa de cambio social que movilice al pueblo y no asesinar a los enemigos o blandir la dinamita como herramienta política de intimidación.

Se trata de dos caminos muy distintos y separados. Quién no tiene claro esto no tiene clara la propuesta de Eduardo Ibarra.

Es cierto que dentro del pueblo hay gente simpatizante del Senderismo, pero esto es algo muy distinto. Si se trata de personas con espíritu y convicción revolucionaria, que han creído en algún momento de su vida que apoyar a Sendero era la mejor opción política , es bueno que lo reconsideren, reflexionen y modifiquen sus convicciones políticas. El problema no es errar, sino persistir en el error. Pero no podemos dar el mismo tratamiento a las personas del pueblo que simpatizaron con Sendero y se han percatado que su política es errada y buscan otra opción política con aquellos militantes que solo buscan mejores condiciones para continuar operando su misma política ultraizquierdista y pretenden frustrar o entorpecer cualquier otra iniciativa que pueda debilitarlos aún más.

Conclusión

En consecuencia, con los que no podemos perder el tiempo son con los Senderistas convictos y confesos, recalcitrantes de mente y corazón, los obnubilados por el «Dios Abimael» y que le rinden culto a la «Diosa Guerra Popular» (sin el pueblo por supuesto).  Con esta gente no hay nada que hacer. Seguirán creyendo que Gonzalo es garantía de triunfo así éste haya arreado sus banderas cuando pisó la cárcel.

Por estas razones la celebración, el reencuentro, la fiesta a la que convoca «El Pez fuera del Agua» es para los socialistas peruanos, marxistas y leninistas, seguidores del Pensamiento y el Camino de Mariátegui. Esta fiesta, este proceso es para nosotros, no para ellos.

Si los senderistas quieren malograr, entorpecer, arruinar, echar a perder este proceso, bueno, ya saben qué es lo que tenemos que decirles…